La reciente declaración de la FGE y la SSP sobre los supuestos desplazamientos en el ejido El Sabinalito, en Frontera Comalapa, ofrece una lectura institucional clara: las familias que cruzaron hacia Guatemala lo hicieron “de manera voluntaria”, al estar vinculadas por parentesco con generadores de violencia perseguidos por la justicia. La versión busca proyectar certeza: la violencia está contenida, el territorio asegurado y los motivos para huir han desaparecido.
Es cierto que el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar ha desplegado un operativo sin precedentes. Más de mil quinientos elementos del Ejército, Guardia Nacional, Marina y policías estatales resguardan la región; sobrevuelos diarios, drones armados y patrullajes en tierra dan cuenta de un esfuerzo coordinado que no se había visto en años recientes. Esa acción debe reconocerse como una señal de voluntad política frente a una crisis que por mucho tiempo permaneció relegada.
Sin embargo, la narrativa oficial no agota la realidad. Llamar “voluntario” a un éxodo marcado por el miedo y la estigmatización de ser familiares de presuntos criminales resulta cuando menos discutible. La línea entre decisión libre y desplazamiento forzado se difumina cuando la alternativa a quedarse es la sospecha permanente o el riesgo de represalias.
El desafío para el Estado no termina en los operativos ni en los partes de guerra. El reto verdadero está en escuchar a quienes se fueron, restituirles derechos, garantizar su seguridad al retorno y construir condiciones de confianza. Una estrategia integral de seguridad no solo debe blindar el territorio, sino también recuperar la voz de las comunidades.
El reconocimiento a las acciones emprendidas por el gobierno de Chiapas es innegable, pero la responsabilidad mayor para la FGE y la SSP es ir más allá de la narrativa oficial: transformar la percepción de miedo en certeza de justicia y convertir la aplicación de la ley en un puente hacia la reconciliación social. Solo así el desplazamiento dejará de ser una herida abierta en la frontera sur.
 
			 
		