Por disposición oficial, se deberán reanudar las actividades del servicio público educativo de forma presencial en el Estado de Chiapas, para dar cumplimiento a los planes y programas de estudio de Educación Básica.
El reto, no solo es tomar en cuenta las medidas de prevención y cuidado de la salud emitidas por el comité de bioseguridad, sino principalmente cumplir con las orientaciones para concluir la planeación del Programa Escolar de Mejora Continua (PEMC) del Consejo Técnico Escolar (CTE) para el ciclo escolar 2021-2022; que debe ofrecer como propósito, ser realmente un instrumento que encauce las decisiones que tome la escuela, pensando en todo momento en sus estudiantes y considerando las condiciones y los retos que han enfrentado al regresar a clases presenciales.
Recordemos, que por Acuerdo secretarial número 02/03/20 signado el 15 de marzo de 2020, se suspendieron las clases en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás para la formación de maestros de educación básica del Sistema Educativo Nacional, así como aquellas de los tipos medio superior y superior dependientes de la Secretaría de Educación Pública; considerando, que en diciembre de 2019 había iniciado en China un brote de neumonía denominado COVID-19, que se había expandido y estaba afectando diversas regiones de otros países, entre los que se encontraba México. Y que además, era una enfermedad infecciosa que ponía en riesgo la salud y la integridad de niñas, niños, adolescentes, adultos y de la población en general, en razón de su fácil propagación.
Que ante los niveles alarmantes tanto de propagación y gravedad, como de inacción, el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la COVID-19 pasaba de ser una epidemia a una pandemia; y que, a fin de procurar la seguridad en la salud de sus habitantes y eventualmente de sus visitantes, diversos países entre ellos México habían adoptado diversas acciones para contener la COVID-19, tomando medidas de higiene, suspensión de actos y eventos masivos, filtros sanitarios en escuelas, centros de trabajo y aeropuertos, así como la suspensión o restricción en la entrada y salida a su territorio o a algunas regiones del mismo.
Hoy, a más de un año y casi 8 meses, la Secretaría de Educación Pública estableció diversas disposiciones mediante el Acuerdo número 23/08/21, para especificar el regreso a clases de manera responsable y ordenada; asimismo en el Estado, el 20 de septiembre de 2021 la Coordinación General de Administración Federalizada, reiteró a todo su personal la obligación que tienen los trabajadores de base y de confianza de asistir con puntualidad al desempeño de sus labores y cumplir con las disposiciones que se dicten (registro en los libros de asistencia de manera diaria) para comprobarlas. Por lo que finalmente, se instruyó oficialmente a los directores de las escuelas para realizar los preparativos concernientes al regreso presencial de manera general, así como cumplir con los lineamientos de la nueva normalidad y el protocolo establecido por las autoridades sanitarias.
Por lo que, después de una convulsión eterna convertida en miedo por la pandemia, de ahora en adelante los trabajadores de la educación tendrán tareas específicas a lo largo del ciclo escolar, estrechamente vinculadas con su bienestar socioemocional; así también, se enfrentarán a los retos que deberán asumir como escuela, tendrán que definir con absoluta precisión sus objetivos, metas y medios para su seguimiento como evaluación, más deberán considerar otros temas que requieran una atención prioritaria y analizar como colectivo.
Y como bien se menciona en la Guía de trabajo para los Consejos Técnicos Escolares, será muy importante que las autoridades escolares y educativas tengan presente, que todo lo propuesto debe diseñarse para orientar la reflexión y concretar las propuestas que surgen del diálogo profesional, no debiendo convertirse en instrumentos de control administrativo; puesto que, la Secretaría de Educación Pública reconoce los conocimientos, experiencia, compromiso y vocación que han desplegado los maestros, para enfrentar los escenarios complejos, cambiantes e inéditos vividos en los últimos ciclos escolares.
Siguiendo este sendero, hay confianza de que el trabajo oriente las acciones que se implementen en cada una de las escuelas, para favorecer el aprendizaje y bienestar de todas las niñas, niños y adolescentes de nuestro país; aunque constituya, un reto enorme.
 
			 
		