Las alegrías, los contactos, la prosperidad y los descubrimientos que a diario nos permiten los grandes gigantes tecnológicos quedaron atenuados por la caída de Facebook, que repentinamente dejó de funcionar en todo el mundo este inicio de semana; miles y millones de personas, imbricados por toda una variedad de productos y servicios, se vieron afectadas. Cientos de miles de puestos de trabajo, muchos de ellos con sueldos elevados, se tambalearon.
Si te has metido un superordenador en el bolsillo, deberías saber que los cuatro caballos del apocalipsis económico, Amazon, Apple, Facebook y Google, como lo señala Wired Tom Upchurch, revelan la naturaleza y la concentración del poder en el mundo de hoy. Este cuarteto, ha generado una riqueza sin precedentes (dos mil trescientos millones de dólares) y se dice que a través de sus acciones ha contribuido a la seguridad económica de millones de familias en todo el planeta.
En resumen, para Scott Galloway “hacen del mundo un lugar mejor”; pero aún si fuera cierto ese relato, podemos tener en cuenta otra perspectiva, menciona en su libro Four, el ADN secreto. Imaginemos a un minorista que no paga impuestos dice, que trata mal a sus empleados, destruye cientos de miles de puestos de trabajo y que sin embargo es aplaudido como el “parangón” de la innovación empresarial, pero que oculta información a los investigadores federales sobre un atentado terrorista ocurrido en suelo nacional, y que lo hace con el apoyo de una base de seguidores que le profesan un culto como si de una religión se tratara. “Una empresa de redes sociales que analiza miles de imágenes de tus hijos, activa tu teléfono como dispositivo de escucha y después vende esta información a las empresas que figuran en la lista Fortune 500.”
Estamos, frente a una empresa tecnológica, con una plataforma publicitaria que acapara, en algunos mercados, el 90 por ciento del sector mediático más lucrativo y evita las regulaciones de la competencia a través de agresivas medidas de litigación y presión, señala Galloway; que esta versión, corre por todo el mundo pero en voz muy quedita y que aun sabiendo que estas empresas no son entes benévolos, las invitamos a entrar en las zonas más íntimas de nuestra vida, divulgando voluntariamente actualizaciones sobre nuestra vida personal, a sabiendas de que serán utilizadas con fines de lucro.
Es clara y evidente la ironía, que los medios de comunicación elevan a los ejecutivos que dirigen estas compañías, al estatus de héroes o genios en quien confiar y a quien debemos emular; y que nuestros gobiernos, les otorgan un trato especial en lo tocante a la legislación sobre la competencia, el pago de impuestos e incluso el derecho laboral. Pero además, pues bien sabemos que los inversores hacen subir sus acciones, lo que les genera un capital y una capacidad de maniobra casi infinitos para atraer a las personas de más talento de todo el mundo o como escribe Scott para aplastar a sus adversarios. Son los Cuatro Jinetes de Dios, el Amor, el Sexo y el Consumo o los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.
Parafraseamos las preguntas que Scott Galloway se hace, en el sentido de cómo llegaron a acumular tanto poder, cómo han conseguido arraigarse de tal modo en nuestra psique que puedan llegar a reformular las reglas de lo que puede ser y hacer una empresa, qué significa para el futuro, estarán destinadas a ser eclipsadas por rivales más jóvenes y sexys o ya nadie podrá desbancarlas.
Terminamos refiriéndonos a Facebook, como el invento de mayor éxito en la historia de la humanidad. Según Galoway, en el mundo hay un total de siete mil quinientos millones de personas, y mil doscientos millones de ellas se relacionan con Facebook todos los días; Facebook, Facebook Messenger e Instagram, son las aplicaciones para móviles más populares en Estados Unidos. La Red social y sus propiedades se llevan, de media, cincuenta minutos diarios del usuario; mientras que, uno de cada seis minutos que pasamos online lo hacemos en Facebook, y uno de cada cinco minutos de uso del móvil es para Facebook. ¿Nuestro amor por Facebook vivirá longevo o será simple publicidad?
 
			 
		