Pascual Yuing
En Chiapas, la paz y la justicia parecen ser unos objetivos olvidados, como si nadie hiciera nada para alcanzarlos; los conflictos, la inseguridad y las instituciones débiles, continúan siendo un problema grave que amenaza el desarrollo del estado.
Las afectaciones se elevan cada día, muchas personas han tenido que dejar sus lugares de origen para huir de los enfrentamientos y las persecuciones; incluso, una niña murió en San Cristóbal de las casas, por una bala perdida que le llegó justo a la cabeza.
En casi todo el Estado se han registrado hechos lamentables, elevándose el número de muertos, levantados, desaparecidos, asesinados o desplazados, ante la actuación omisa de la Fiscalía General del Estado; los derechos humanos, no se respetan por la incapacidad de la Fiscalía para aplicar la Ley de manera pronta y expedita.
La falta de solidez institucional ha permitido que por ejemplo, grupos como El Machete se organicen para la autodefensa, doblegando al Estado al imponer un Consejo municipal por encima de los resultados electorales constitucionales. Frontera Corozal es otro caso, donde un abogado se encuentra secuestrado desde hace casi dos meses; y en Altamirano, recientemente decenas de campesinos retuvieron con violencia al Presidente municipal saliente, saqueando e incendiando su casa y el edificio de la Presidencia.
Hay una Fiscalía de cabeza, porque además podemos ver a defensores de los derechos humanos, periodistas o líderes sociales, que han sido víctimas de la violación a sus derechos, mientras que los grupos delincuenciales operan en la impunidad y la Fiscalía no parece hacer algo al respecto. ¿Será que ya van a ocuparse del asunto?
Es evidente, que a la fiscalía le falta mucho por hacer para garantizar que haya paz y justicia, para lograr que impere el Estado de derecho y respetar los derechos humanos. Y es que, respetar los derechos de todas las personas es crucial en estos momentos de crisis, para construir soluciones más efectivas e inclusivas para la emergencia que vivimos.
No podemos esperar mejores resultados, si no se respetan los derechos de todas las personas, si no hay garantía de atención para todos, si las instituciones encargadas de impartir justicia, mueren por inanición.
