“Transformación y cambio resiliente”

La verdadera transformación y cambio está en cada de uno nosotros, no podemos cambiar el mundo, pero si podemos cambiar nosotros mismos y contagiar ese cambio a quienes nos rodean y nuestros hijos y nietos nos lo agradecerán algún día.

La transformación y cambio resilientes, está en nuestra actitud y en la forma concebir la vida. El respeto, el amor, la gratitud, la honestidad y la humildad nos conducen a una forma de vida más resiliente, feliz, en armonía y en paz.

No necesitamos más revoluciones, porque una revolución implica solo un movimiento cíclico, que en revueltas sociales se ha caracterizado por un cambio en la posición, los oprimidos ahora son opresores y viceversa.

Lo que la humanidad necesita es una evolución, lo cual implica siempre un cambio en ascenso, necesitamos evolucionar como especie “Homo sapiens”, necesitamos ser más humanos, mejores individuos, mejores personas y mejores ciudadanos y el fundamento para lograrlo es el respeto absoluto.

Más allá de ideologías, dogmas, preferencias, creencias, filosofías, partidismos, el respeto y la tolerancia deben ser los ejes rectores de la conducta humana para lograr una buena convivencia y sociedades más resilientes.

Si deseamos un cambio y una verdadera transformación en nuestro gobierno, en nuestra sociedad y en nuestras instituciones, primero debemos cambiar nosotros, el gobierno no es más que un reflejo de los ciudadanos y cada pueblo tiene el gobierno que se merece.

El principal problema de México, no son los gobiernos, ni las instituciones, somos lo mexicanos que mayoritariamente somos malos ciudadanos de acuerdo con el artículo 34º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

La corrupción, muchas veces señalada como la principal causa de los males de un país, forma parte de casi toda una sociedad, va en todas direcciones y sentidos y de ella muchos se benefician. En el círculo vicioso de la corrupción que envuelve a casi toda una nación, el gobierno y los políticos son los menos interesados en romper de algún lado ese círculo, por eso lo ciudadanos debemos ser los interesados de romper por algún lado dicho círculo vicioso de la corrupción.

La única fórmula para aspirar a mejores gobiernos e instituciones es siendo mejores ciudadanos, en ningún lugar del planeta ni en ningún momento de la historia de la humanidad ha existido un mal gobierno con buenos ciudadanos y viceversa.

No existe el cambio verdadero que no venga desde cada persona, de cada ciudadano, de cada individuo como tampoco existe felicidad que no venga del interior de cada ser humano.

El mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión. -Paulo Coelho

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