“Amor Resiliente”
Hace aproximadamente 2,000 años una persona murió en la cruz dejando un mensaje para la humanidad, todos los libros de la Biblia o del Corán pueden resumirse quizás en una sola palabra, Amor, pero ¿Qué es el amor? Hemos creído que el amor es simplemente un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser o un sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear o meramente un sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Pero el concepto del amor es más amplio y complejo. Puede referir al amor como amistad, amor romántico, amor filial, amor propio, amor místico o amor por una causa.
El amor se expresa a través de acciones, gestos y palabras. Por ejemplo, cuidar de alguien (acciones); abrazar a una persona (gestos) y comunicar frases de cariño (palabras).
Las relaciones humanas son la fuente del amor. Aprendemos a amar por medio de la relación que establecemos con los demás, ya que las experiencias compartidas fortalecen los vínculos emocionales. A la vez, las relaciones de calidad se forman en la práctica del buen amor.
El amor también es una decisión deliberada, una intención o un proyecto de vida. Como tal, es un valor fruto de la madurez. Una persona que toma la decisión de amar es aquella que pone en primer lugar la valoración y el bien del otro. Por ejemplo, el amor de una madre hacia un hijo.
El concepto del amor no debe confundirse con la simpatía, que es un sentimiento agradable entre dos personas. El amor, en cambio, implica una actitud intencional de aceptación y un compromiso.
El amor como valor garantiza el ejercicio de la solidaridad, la compasión y la cooperación mutua en una comunidad o sociedad. Desde la familia como célula fundamental de la sociedad, pasando por la escuela hasta el mundo laboral, el amor actúa como un factor cohesionador y edificante. Promueve la cultura de paz y favorece las condiciones de prosperidad.
El amor es la fuerza que nos impulsa para hacer las cosas bien, ya que hace muy clara la diferencia entre el bien y el mal. En esa medida, se relaciona con la ética y la moral, pues nos induce a actuar bien en nuestra vida y con las personas que amamos. Así nos conduce a la paz, la tranquilidad, la plenitud y el bienestar con nosotros mismos.
En tiempos de tanta violencia, corrupción, desigualdad, codicia, el amor se vuelve fundamental para lograr una sociedad más resiliente. Desde que somos niños, en la escuela nos enseñan a leer, escribir, sumar, restar etc. pero muy poco nos enseñan de amor, tarde o temprano aprendemos las diferentes disciplinas: gramática, matemáticas, ciencias naturales etc. pero no aprendimos a amar. Así como jugar, tocar un instrumento o practicar un deporte, amar es un verbo que se debe realizar de manera cotidiana.
El amor es lo más importante en el mundo, no solo es el motor del planeta, sino que nos hace más felices y resilientes, por ello la Asociación Nacional de Profesionales en Resiliencia a través de la Coordinación de la Región Sur Sureste, propone que desde la niñez, en todas las escuelas de nivel básico se adiestre a todos los alumnos en general en el arte de amar.
La mejor herencia de una padre a un hijo no son las cosas materiales, ni la educación en las Universidades más prestigiadas del mundo, sino el amor mismo. Como diría Arjona, amar es verbo, no sustantivo.
La Madre Teresa de Calcuta tenía varias frases para referirse al amor:
«Si juzgas a la gente, no tienes tiempo para amarla.»
«El amor es una fruta de temporada en todo momento y al alcance de todas las manos”.
“El amor es sufrido, benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad…”
Primera de Colosenses 13:1-13.
“All you need is love”- Paul Mccartney, John Lennon.
