Las mujeres pueden esperar
De un considerable tiempo para acá, el 8 de marzo ha tomado un fuerte significado en México, las mujeres toman las calles, las hacen suyas para externar su inconformidad, su desacuerdo y su coraje contra la desigualdad y violencia que sigue habiendo contra ellas, esto pese a las críticas surgidas desde el machismo que sigue marcando a la sociedad mexicana, que lamentablemente perdura.
Y es totalmente conocido que a pesar de que desde el artículo primero de nuestra constitución está establecida la no discriminación por cualquier motivo, incluido por diferencia de género, vivimos en un país machista, con prácticas y comentarios cotidianos que han perdurado, fruto de la histórica mentalidad que establece al hombre como el alpha, pecho peludo, lomo plateado y p¡to curvado; mentalidad y prácticas que pese avances de la rectitud social, siguen prevaleciendo, incluso en mí, que lo reconozco abiertamente, digo, uno tampoco es un santo en un altar y también tiene sus resbalones, pero intentamos que sean los menos, créanme.
Pero ahora, aterricemos bien bien la situación. No crean que las mujeres salen a las calles solamente para hacer un desfile de color violeta y sentirse empoderadas, lo hacen por una deuda que no solamente la sociedad, sino los mismos gobiernos han tenido con ellas por décadas, porque no es una cosa de ahorita, sino por una acumulada falta de acción que ha permitido la continuidad de la discriminación y las notoriamente crecientes cifras de violencia en contra específicamente de las mujeres, lo cual ha ocasionado un encabronamiento de tal magnitud, que han encontrado en la fecha del 8 de marzo como esa válvula de escape que ha servido para visualizar estas problemáticas y para motivar a que cada año más y más mujeres se unan en oleadas de hermandad y sororidad en las plazas públicas, utilizando distintas formas de expresión, como bailes, canciones o las tan criticadas pintas o alguno que otro destrozo. Y es verdad, la deuda con las mujeres sigue vigente.
Pero bueno, eso es lo que siguen haciendo las mujeres, pero ¿qué caraj0 está pasando del otro lado? ¿Qué han estado haciendo instituciones y gobierno para resolver o minimizar estas situaciones? Y lo digo particularmente ahora, porque de nada nos sirve hablar del pasado, porque si bien hubo errores, el aumento en las cifras de situaciones que atentan contra las mujeres se da porque se ha seguido permitiendo, lo cual contrasta con las promesas proferidas en campaña y más que nada que el actual gobierno lopezobradorista ha tenido como una de sus características (pese a decir lo contrario): la minimización de la mujer y sus problemáticas.
En algún momento, López Obrador señaló que “la Cuarta Transformación será feminista o no lo será”, dicho que ya ha dado por hecho al haber incluido a un gran número de mujeres en su gabinete y… ya, lo cual es cierto, pero que no han tenido mayor relevancia que enaltecer la propia figura presidencial, sí, patriarcado puro. Además, de concebir que el feminismo en México debe ser como él dice que es, porque si las mujeres que no son de su grupo se le manifiestan en contra, él se dedica a aplicar la clásica de descalificarles diciendo por ejemplo, que son conservadores disfrazados de feministas. Sí, lo ha hecho, además de preocuparse más por el cuidado de monumentos durante las manifestaciones que el escuchar sus demandas para darles la atención debida
Además, en los hechos, el cierre de estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo o los refugios para mujeres víctimas de violencia, junto a la reducción presupuestaria a varias iniciativas de apoyo a las mujeres, pues como que no representan mucho feminismo de su parte.
Ahora, en tiempos electorales, es típico que los candidatos agarren fechas como el Día Internacional de la Mujer de manera simbólica para la realización de propuestas enfocadas en su atención. Ahora, no quiero abordar lo que dice la oposición, ya que sería necesario esperar a que alguno de ellos gane para poner en práctica los dichos de campaña, pero del lado del oficialismo es de llamar la atención las propuestas lanzadas por Claudia Sheinbaum, que debo reconocer, son llenas de buenas intenciones, sin embargo, algo no me cuadra. Si en los dichos propios de López Obrador y de la misma candidata, señalan a Sheinbaum como una continuación de su proyecto político ¿para qué esperar a que ella ganase la elección? Creo que es más fácil pasarle esas ideas a su patrón para ya ponerlas en marcha o meter las iniciativas de ley en el Congreso, digo, tiempo tiene todavía ¿o acaso el presidente tiene asuntos más importantes que buscar el bienestar del pueblo? ¿Las mujeres no son pueblo acaso?. La respuesta es sencilla, Sheinbaum necesita algo qué tener para venderse ante el electorado, total, no parece que haya prisa en disminuir el número de feminicidi0s, en castigar a los violentadores de mujeres o brindarle apoyos eficaces a madres trabajadoras que todos los días se la rifan manteniendo un hogar y criando al futuro de México. De verdad ¿cuál es la urgencia?
Y mientras la política sigue caminando en asuntos de mayor importancia, las mujeres seguirán haciendo lo que mejor saben hacer: resolver, seguir adelante con su esfuerzo, dedicación y lucha constante pese a las contrariedades que puedan afrontar, levantando la voz con gritos de rabia que claman y seguirán clamando por justicia y equidad para todas, pese a un gobierno que ha tenido y tiene oídos sordos, ya que al parecer, las mujeres pueden esperar.
FB: El Doogie Olivares
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