En el complejo panorama del desarrollo económico, Chiapas se yergue como una región con un potencial extraordinario. Sin embargo, para aprovechar plenamente este potencial y garantizar un crecimiento sostenible y equitativo, es fundamental cambiar el enfoque de desarrollo de exógeno a endógeno. En este contexto, el impulso al desarrollo social emerge como la piedra angular sobre la cual se erige el edificio del progreso económico en la región.

Históricamente, las estrategias de desarrollo en Chiapas han tendido a priorizar inversiones externas y proyectos exógenos, con resultados mixtos y a menudo insatisfactorios. Ahora, es tiempo de cambiar el paradigma, de poner en primer plano las fortalezas internas de la región y de empoderar a sus comunidades para que sean ellas mismas las principales arquitectas de su futuro.

El desarrollo social endógeno implica un enfoque integral que reconoce y aprovecha los recursos humanos, culturales y naturales propios de Chiapas. Es un proceso que busca no solo generar riqueza económica, sino también fortalecer el tejido social, promover la inclusión y reducir las desigualdades. En este sentido, el impulso a las pequeñas y medianas empresas (PYMES) industriales chiapanecas se revela como una estrategia clave.

Al centrarse en el desarrollo de las PYMES locales, se fomenta la creación de empleo digno y estable, se dinamiza la economía local y se fortalece el entramado empresarial chiapaneco. Sin embargo, esto no significa cerrar las puertas a la inversión extranjera o nacional de otras entidades. Por el contrario, es crucial aprovechar las oportunidades de colaboración con empresas foráneas, siempre y cuando estas se comprometan a cumplir de manera responsable con el entorno natural y social de Chiapas.

La colaboración entre empresas locales y extranjeras puede generar sinergias poderosas, permitiendo el intercambio de conocimientos, tecnologías y mejores prácticas. Sin embargo, es fundamental que estas alianzas se construyan sobre la base del respeto mutuo, la equidad y la responsabilidad ambiental y social. Se debe garantizar que las inversiones extranjeras no exploten los recursos naturales de Chiapas de manera indiscriminada, sino que contribuyan al desarrollo sostenible y al bienestar de sus habitantes.

El éxito del desarrollo social endógeno en Chiapas dependerá en gran medida de la capacidad de sus actores clave: gobierno, empresarios, sociedad civil y comunidad internacional, para trabajar de manera coordinada y concertada hacia un objetivo común. Es necesario impulsar políticas públicas que promuevan la innovación, la educación y el acceso equitativo a los recursos, así como fortalecer los mecanismos de participación ciudadana y de rendición de cuentas.

En conclusión, priorizar el desarrollo social endógeno en Chiapas sobre el exógeno es un paso indispensable para construir una economía más justa, inclusiva y sostenible en la región. Al impulsar el crecimiento de las PYMES locales y establecer alianzas responsables con empresas extranjeras o nacionales, Chiapas puede sentar las bases para un desarrollo económico que respete y valore su riqueza natural y cultural, y que brinde oportunidades genuinas de progreso para todas y todos sus habitantes. Es momento de mirar hacia adentro, de reconocer y potenciar las fortalezas propias de Chiapas, para construir juntos un futuro más próspero y equitativo.

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