Ignorancia política
Uno de los grandes problemas que tiene México y es la causa de muchísimos desmadres que nuestro vapuleado país ha tenido a lo largo de su historia, es el desconocimiento de temas políticos por gran parte de su población.
Sí, ya sé, ya escribí sobre por qué nos debería de importar la política, pero ahora quiero tocar el asunto desde el punto de vista de que la gente no conoce o ignora sobre el impacto que la polaca tiene en el cotidiano.
Y para entrarle más directo que supositorio con vaselina, vamos a decirlo como es, el factor educación es el centro de esta problemática. El acceso al conocimiento marca la diferencia y no es mamonería, así son las cosas. Así tenemos entonces segmentos poblacionales dispares, donde tenemos el voto pensado y por otra a quienes votan porque saben que hay elecciones y “hay que votar”, a veces, por quien le sugieren, otras “al ahí se va” y otras por el impacto mediático, más no por haber indagado sobre las distintas opciones que se le pusieron enfrente, razonar y tomar una decisión para plasmarla en la boleta.
Todo esto, consecuencia (a mi parecer, conste) de un serio problema educativo y de información que afecta sobre todo de la clase media hacia abajo, donde los índices de lectura son pobres y las acciones para incentivar el interés hacia los asuntos públicos son escasas.
El caldo de cultivo formativo e informativo no son los adecuados para la generación de sentido crítico en los temas de lo público, donde la población está más al pendiente de lograr el sustento del día a día y otras tantas preocupaciones personales y de su familia en el cotidiano, sobrevivir y que todo lo demás les viene valiendo pura madre, tan es así, que en bastantes ocasiones ni saben que hay elecciones ni conocen a los candidatos y tampoco les da por saber de ellos y sus propuestas. Para ellos existe la pobreza y la violencia como algo que está per sé, mas no realizan un análisis de sus causas sociales y mucho menos cuáles serían las soluciones, solo saben que el gobierno debe solucionarlo sin entrar en detalles de cómo hacerlo; lo que ellos no quieren es pensar y menos en un tema que los tiene hasta la madre por diversas razones: la saturación de mensajes políticos superfluos, las transas, que ya saben que los políticos son ratas y toda la mitología popular que se existe sobre la política mexicana. “Nada va a cambiar”, es la idea instalada en sus mentes y de ahí que evitan el esfuerzo.
También no existen grandes esfuerzos por los institutos políticos en dar un carácter más informativo a la sociedad de lo que puede hacerse desde su trabajo para reflejarse en políticas públicas en real beneficio de la sociedad, están más enfocados en la mera consecución de votantes para triunfos electorales y no en el aportar a la formación de una población más educada en estos aspectos.
Y aunque no existen sociedades perfectas, pongo de ejemplo la temporada electoral de Estados Unidos, donde en la realización de los debates presidenciales, la población está atenta a los discursos y propuestas sobre aspectos que van desde políticas de atención social, hasta temas de armamento nuclear, esto debido al tipo de formación, interés y acceso a información con la que ellos cuentan, donde además existen iniciativas ciudadanas que promueven el voto informado mediante distintas estrategias. O también, para que no digan que ando mamando con los gringos, pueden checar las dinámicas sociales y temas políticos en países con alto nivel académico, tipo Noruega, Dinamarca, Australia, donde la participación ciudadana en asuntos de lo público es notoria. Mientras tanto en México estamos más atentos a los debates por el morbo de ver qué trapos o chistoretes se sacan entre candidatos, que en escuchar planteamientos claros de propuestas para analizar las posibles consecuencias en nosotros y poder así tomar decisiones, es a lo que están acostumbrados porque no se les exige darnos más.
Es así, como en medio de este mar a ciegas, la mejor opción es aprovechar e ignorar esta ignorancia y dedicarse mejor a vender a los candidatos como productos en vitrina, con colores, baile y slogans, buscando los votos en masa en esos sectores que no buscan cuestionar de manera profunda y razonada, sino que quieren que les digan lo que quieren escuchar, obtener respuestas rápidas, a veces sin sustento, pero que satisfacen sus oídos y les ahorran la fatiga y así nada más seguir a la manada.
Ahí tenemos por ejemplo el caso de gente que dice que votará por tal candidata “porque la otra le cae gorda”, olvídense de analizar propuestas, escuchar los debates, contrastar visiones políticas, simplemente porque “no le cae”, o también la influencia de una figura a la que sigan y diga “que ella es la elegida” y votar por ella porque confían en esta figura y su supuesta sabiduría, o en su momento, había gente que todavía sin iniciar formalmente una contienda, ya sabían que votarían “fosfo-fosfo” porque los hacían reír con sus spots y sus Tik-Toks (sí, eso escuché con estos oídos llenos de cerilla) y nada más, sin hacer planteado una sola propuesta todavía.
Y como por el lado de modificar el esquema educativo para lograr este objetivo es algo imposible en un buen lapso de tiempo, la neta, el tema para cambiar esta situación tan de la cola no queda más que en echar mano de iniciativas ciudadanas que busquen informar de manera clara y concisa sobre los temas de política y asuntos públicos, lo cual generará interés, un intercambio de puntos de vista y debate que incentivarán al razonamiento de muchas cosas, explicarle a la gente con palitos y bolitas causas y efectos de las decisiones que se toman desde el poder, empoderarlos señalando la importancia que sus decisiones pueden tener en el rumbo de la sociedad y país, remarcarles su importancia como individuos que aportan a la sociedad y no como parte de una mera masa.
Y miren que actualmente existe una gran oferta de contenido accesible para ir checando, pero regresando al tema del desarrollo formativo, la raza no está ávida de consumirlos, prefiriendo irse por las cosas que los entretengan y distraigan de su sufrida realidad, que por lo que les puede ayudar a modificar esta misma realidad que los aqueja.
Muchos se quejan solamente desde su ignorancia, siendo que esta ignorancia ha sido ya por décadas el motivo de los males de los que se quejan. Esperemos un día dejar de ignorar.
FB: El Doogie Olivares
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