Expertos en salud pública han revelado datos alarmantes sobre el impacto del consumo de bebidas azucaradas en México, señalando que estas contribuyen a la muerte de al menos 40 mil personas al año, cifra superior a los fallecimientos relacionados con el crimen organizado

Chiapas Observa/Staff.- Según Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, estas bebidas son un grave factor de riesgo para la salud pública y urgen medidas regulatorias.

El 57 por ciento de las muertes atribuidas a las bebidas azucaradas se deben a la diabetes, representando el 35.6 por ciento de todas las defunciones por esta enfermedad en México. Además, expertos como Julieta Ponce de la clínica Coa Nutrición advierten que el consumo de estas bebidas desde edades tempranas puede provocar problemas metabólicos, obesidad, enfermedades cardiovasculares, insomnio y afectaciones cognitivas.

Un estudio de la Organización Panamericana de la Salud revela que México es uno de los mayores consumidores mundiales de refrescos, con el 21.7 por ciento de la población consumiendo regularmente estas bebidas. Esto representa un consumo promedio de 163 litros de refrescos por persona al año, con un preocupante 90 por ciento de niños incluidos en estos datos.

Investigación y prevención del consumo a estas bebidas

En respuesta a estos hallazgos, El Poder del Consumidor y expertos mexicanos han presentado una solicitud a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Gabriel Guzmán, abogado de la organización, solicita a Cofepris a emitir una alerta sanitaria y a investigar los ingredientes y prácticas de la industria de bebidas para mitigar los riesgos asociados.

El recurso presentado también busca investigar las presuntas prácticas de desinformación por parte de la industria de bebidas, que podrían estar minimizando los efectos negativos en la salud pública. Se enfatiza en la necesidad de aplicar principios de prevención y precaución, así como garantizar el derecho a la salud mediante una información precisa y corregir cualquier desinformación que perpetúe estos riesgos.

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