
EDICIÓN IMPRESA 676

Durante una intensa gira de trabajo por la región De Los Bosques, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar visitó los municipios de Huitiupán, San Andrés Duraznal y El Bosque, donde reafirmó su compromiso con la paz, el bienestar y el desarrollo social y económico, a través de políticas públicas cercanas a la gente y con un alto sentido humano que ponen en el centro a las personas, especialmente a quienes menos tienen
TecNM campus Cintalapa da inicio al semestre agosto-diciembre 2025
Destaca Eduardo Ramírez labor de docentes del Cecytech y TBC a...
Inicia el Programa de Capacitación 2025 en Transparencia para el Pueblo...
El fundador del Cártel de Sinaloa reconoció ante una corte federal de Nueva York haber financiado con sobornos a autoridades mexicanas para operar su red criminal. El acuerdo lo condena a prisión de por vida y al decomiso de 15 mil millones de dólares
Primer Plano Magazine/Noé Juan Farrera Garzón. – Cada 8 de agosto, en pleno corazón del Pueblo Mágico de Chiapa de Corzo, se lleva a cabo una de las expresiones culturales más simbólicas y significativas de Chiapas: la representación ritual de los Alferéz y Nahuarés. Esta tradición, profundamente arraigada en la comunidad, revive el encuentro —a veces armonioso, a veces conflictivo— entre dos mundos: el indígena y el europeo. La celebración coincide con la festividad de Santo Domingo de Guzmán, patrono del pueblo, y se realiza en la explanada junto a la emblemática iglesia del mismo nombre. Desde temprano, niñas y niños participan montando caballitos de palo, representando a ambos grupos, mientras que por la tarde los adultos escenifican una batalla ritual con machetes, acompañados por el retumbar de tambores y carrizos. Aunque el ritmo y el vestuario podrían sugerir una danza, no lo es: se trata de una representación ritual cargada de simbolismo. Los Alferéz, cuyo nombre proviene del árabe al-fāris (jinete), simbolizan a los soldados europeos. Su vestimenta está compuesta por camisas amarillas, pantalones rojos y penachos del mismo color. Montan caballos reales o de palo, evocando el poder militar colonial. En contraste, los Nahuarés —nombre derivado del término chiapaneca Na’guaré, que significa “cara de madera”— representan a los pueblos originarios. Portan máscaras similares a las de los parachicos, adornadas con listones multicolores, que simbolizan la resistencia, la memoria y la persistencia cultural. Este ritual no solo conmemora las antiguas batallas entre moros y cristianos, como ocurre en otras regiones de México y España, sino que también está íntimamente ligado con los ciclos solares y la cosmovisión mesoamericana, pues coincide con las posiciones cenitales del sol los días 3 de mayo y 9 de agosto. La escenificación de Alferéz y Nahuarés trasciende el folclore. Es un diálogo entre el pasado y el presente, una afirmación de la identidad chiapaneca que cobra vida fuera del marco de la Fiesta Grande de Enero, cuando las máscaras de parachico vuelven a aparecer exclusivamente para esta ocasión. Presenciar este ritual es adentrarse en una historia viva, donde la comunidad honra su herencia, reafirma sus raíces y celebra la resistencia de sus pueblos a través de un acto lleno de color, fuerza y espiritualidad.
FINCA HAMBURGO: HISTORIA Y CLASE. Fundada en 1888 por el señor de origen alemán Arthur Edelman, en las tierras altas del Soconusco, es hoy uno de los mejores lugares para vivir momentos inolvidables.
En las imágenes, el reflejo del excelente trabajo y profesionalismo del coordinador de protocolo y diseño de eventos: Marcos Cabrera.
¡Que vivan los novios!
Fotografía: Cortesía. Doris Palma Aguaya.



