En diciembre de 2024, el comisariado ejidal de la Colonia Nueva Palestina, municipio de Jiquipilas, tomó 50 mil pesos de los ahorros y contribuciones de la gente, presionó al tesorero y al secretario, para que lo acompañaran al municipio de Cintalapa a realizar tres depósitos, según esto, porque su vida corría peligro.
Tenía en la línea de su celular a presuntos extorsionadores de los que siguió al pie de la letra sus indicaciones. Todo apunta a que se trató de una auto extorsión.
Dos días después de realizar los depósitos, Artemio Cruz Vante, convocó a los ejidatarios para decirles que tanto él como el tesorero y el secretario habían sido amenazados de muerte si no cedían a la presión de otorgar dicha cantidad de dinero, pero ya conociendo los antecedentes del tipo, lógicamente no le creyeron.
El tesorero y el secretario admitieron que habían cometido el error de no informar a los pobladores, y ofrecieron devolver el dinero, pero Artemio Cruz Vante se negó a proporcionar más información y recurrió a la presidenta municipal Yaneth Chiu, para que asistiera al ejido para respaldarlo y pedir a los pobladores dejar el tema en el olvido.
La gente le exigió pruebas y hasta le exigió su renuncia, pero Artemio Cruz Vante hizo caso omiso a los reclamos. Se untó aceite de tlacuache y siguió su vida como si nada hubiera ocurrido.
Nada tonto, se mando a redactar un libelo de WhatsApp en el que dirigió una serie de autoataques que involucraron también al Agente Municipal, un hombre honesto que nada tenía que ver en el tema. Se apuntó cosas de lo peor como si fuera una tercera persona la que los atacaba, pero solo lo hizo para desviar la atención y acusar de chismosos a los pobladores de la colonia.
Artemio Cruz Vante aseguró que había recurrido a la autoridades para denunciar el delito, pero en ninguna fiscalía existen registros de atención sobre el tema; aseguró también que había declarado ante el director de la Policía Municipal, pero éste asegura que jamás se presentó ante él para informar sobre el hecho.
Artemio Cruz Vante culpó a supuestos integrantes del Cartel de Chiapas y Guatemala, y dijo que temía por su vida. La gente no le creyó nada, pues existe un homicidio impune de un hombre trabajador ejecutado furtivamente en sus parcelas de un balazo en el corazón. Este hombre era hermano de Artemio Cruz Vante, y la voz de los pobladores apunta a que el homicida lleva la misma sangre del difunto.
En el mismo mes de diciembre, al tomar posesión como titular del jefe del Ejecutivo, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar sostuvo que en Chiapas no habrá tregua contra los delincuentes, habrá cero impunidad y llamó a los chiapanecos a denunciar extorsiones y cobro de piso.
Yo denuncio a Artemio Cruz Vante, y créame, señor gobernador, que no soy el único.
La autoextorsión se ha convertido en un fenómeno alarmante en diversas comunidades, donde la manipulación y el miedo se entrelazan para crear un ciclo de desconfianza. Un caso de la Colonia Nueva Palestina, ilustra de manera escalofriante cómo la ambición personal puede llevar a la traición y al engaño. En este contexto, es fundamental cuestionar las acciones de líderes comunitarios que, en vez de proteger a su gente, se convierten en los peores enemigos del pueblo.