La Fiscalía General del Estado (FGE), a través de la Fiscalía de Distrito Fronterizo Sierra, dio a conocer que logró la identificación de los cuerpos sin vida de los presuntos responsables del homicidio del periodista Freddy López Arévalo, perpetrado el pasado 28 de octubre del 2021, en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas.
De acuerdo con la propia dependencia, el reconocimiento de ambos cuerpos fue realizado por familiares de los occisos, en la ciudad de Comitán de Domínguez.
La FGE dijo que ha proporcionado información de manera puntual a la Fiscalía General de la República (FGR), quien conoce de este asunto, respecto de las líneas de investigación realizadas por el personal policial y ministerial adscrito a las fiscalías contra Homicidio y Feminicidio y Fronterizo Sierra.
Los cuerpos de Jonathan «N» alias «El Moco» y Eder Ezequiel «N» alias “El Norteño» fueron hallados el pasado 30 de diciembre de 2021, en el municipio de Frontera Comalapa, al interior de la cajuela de un vehículo, hecho que no refleja ninguna acción vinculada a la procuración de justicia, mucho menos resultados visibles en su trabajo de investigación respecto al asesinato del periodista, por el contrario, confirma el vacío de legalidad que viene prevaleciendo en algunas regiones de la entidad, y cuyos responsables, despachan en las oficinas de la propia Fiscalía General del Estado.
En las últimas semanas previas a su ejecución, el periodista Fredy López Arévalo apuntaba directamente al Gobierno municipal de San Cristóbal, liderado por Mariano Díaz Ochoa (Partido Verde). En una publicación del 20 de octubre, el reportero lo llamaba “presidente usurpador”.
Incluso llegó a insinuar que existían vínculos entre el poder municipal y el narcotráfico y la violencia de la zona. “Aunque en Chiapas está proscrita en la prensa la palabra narcopolítico, no quiere decir que no exista”, se lee en el mismo texto. Las acusaciones del reportero coinciden con unos meses de terror en San Cristóbal, una localidad que vive en gran medida del turismo extranjero
Ayer mismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, destacó que el año pasado fueron asesinados 55 periodistas en todo el mundo, la cifra más baja en más de diez años.
Sin embargo, la Unesco subraya que la impunidad de estos crímenes sigue siendo generalizada ya que un 87% de los asesinatos cometidos desde 2006 sigue sin resolverse, y añade que los profesionales de la comunicación continúan enfrentándose a un gran número de riesgos.
Dos tercios de los asesinatos ocurrieron en países que no sufren conflictos armados, una situación totalmente diferente a la de 2013 cuando la misma cifra de crímenes tuvo lugar en naciones con enfrentamientos.
La mayoría de las muertes en 2021 se produjeron en sólo dos regiones: Asia-Pacífico, con 23 asesinatos, y América Latina y el Caribe, con 14.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, destacó que lo que el mundo necesita actualmente es información independiente y objetiva.
“Debemos hacer más para garantizar que quienes trabajan incansablemente para proporcionarla puedan hacerlo sin miedo”. Tenemos miedo, sí, miedo de morir asesinados, y más miedo aún, que la impunidad se imponga sobre la verdad y la justicia.
