Por Pascual Yuing
La aplicación de vacunas a niños y adolescentes ha sido anunciada en la mañanera por Hugo López Gatell, quien afirmó este martes que entre los menores de edad hay un grupo que sí debe recibir la vacuna contra el COVID-19 y otro que no; en referencia a niños, niñas y adolescentes que padecen enfermedades crónicas con mayor riesgo de enfermarse gravemente por el coronavirus y a quienes no las padecen.
Con estas declaraciones, López Gatell ha puesto al descubierto que aún persisten problemas de envergadura en el Sistema de Salud Mexicano, relacionados con los beneficios de la inmunización por la desigual distribución en la cobertura; considerando, que algunas poblaciones vulnerables por su condición de marginación y pobreza, tendrán poco o nulo acceso a los servicios de vacunación.
El criterio en sustento, contradice la orientación de la Organización Mundial de la Salud en el entendimiento de la vacuna; cuando señala, que ésta “sigue siendo necesaria”, porque la buena higiene, el saneamiento y el agua salubre son insuficientes ante enfermedades infecciosas. Está muy claro, que si el sector salud no puede ser capaz de garantizar la inoculación a todos los niños, niñas y adolescentes, menos podrá responder a las necesidades que tienen las comunidades que por su condición merecen tener una atención primaria.
Y es que de acuerdo a la agenda de inmunización 2030, para que todas las personas puedan acceder a los servicios de inmunización es indispensable “hacer llegar las vacunas a las zonas que estén aisladas, ya sea por motivos geográficos, culturales, sociales o de otro tipo, y a las poblaciones marginadas, como las de personas desplazadas o migrantes y las afectadas por conflictos, situaciones de inestabilidad política o desastres naturales”.
Como sucede en otros países, la falta de atención mediante sólidos programas de inmunización, conllevan una cobertura insuficiente y de deficiencias en el sistema de salud, que no contemplan la vigilancia de comunidades y grupos que merecen especial atención e intervención. Siguen haciendo falta estrategias, que se adapten para conocer y superar los obstáculos a la vacunación; se necesitan, nuevos enfoques para llegar a los sectores que mayormente lo necesitan.
Mientras tanto, no les quedará a las comunidades relegadas más que recurrir a la defensa orgánica del propio organismo, dirigida en todo momento por la fuerza vital que reside en nuestro sistema nervioso, verdadero guardián de la salud y vida de nuestro organismo; el cual, siempre actúa en defensa de su existencia y normalidad funcional, que es la salud integral.
Afortunadamente, a pesar de la urgencia necesaria para la aplicación de las vacunas, la OMS reconoce que el sistema inmunitario es la capacidad natural del organismo para defenderse de los organismos patógenos (por ejemplo virus o bacterias) y resistir a las infecciones, dejando abierta la lógica posibilidad de que los seres humanos desarrollemos inmunidad natural, ya sea innata a través de barreras como la piel y las membranas mucosas o adaptativa como respuesta del propio cuerpo, sin tener que recurrir a la inoculación que introduce artificialmente en el organismo sustancias que contienen los gérmenes de una enfermedad, comúnmente a través de virus o bacterias.
Quizá López Gatell y el Sistema de Salud que representan, le estén apostando a eso, a que los habitantes de nuestro país, el México olvidado, tenga que recurrir a los principios de vida natural, que nada mal les haría; al contrario, podría ser que les resultara de mejor manera. Así de fácil.