El economista jefe del organismo destaca lo rápido que se ha recuperado la región de la pandemia de COVID-19 en comparación con otras partes del mundo. Más de cinco millones de personas han salido del hambre en los últimos tres años gracias a sólidos sistemas de protección social en países como Brasil, Chile, Colombia y Perú
Chiapas Observa/Staff.- Entrevista con Máximo Torero, economista jefe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sobre el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024.
Cada año, el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo ofrece una actualización sobre los avances o retrocesos a nivel mundial en la consecución del objetivo de Hambre Cero para 2030. El informe 2024 indica que entre 713 y 757 millones de personas pasaron hambre en 2023. También revela que el 28,9% de la población mundial, unos 2330 millones de personas, se enfrentan a una inseguridad alimentaria moderada o grave, una cifra que prácticamente no ha variado en los últimos tres años.
A pesar de algunas mejoras desde el punto álgido del periodo COVID-19, persisten importantes disparidades regionales. África sigue siendo el continente más afectado, con un 20,4% de la población afectada por el hambre, mientras que América Latina, en particular América del Sur, es la que ha mostrado una mayor mejoría (6,2% de la población), según el economista jefe de FAO, Máximo Torero.
En una entrevista concedida a la Sala de Prensa de la FAO, FAO Newsroom, Torero examinó las razones que explican las diferencias regionales y detalló las rigurosas metodologías utilizadas para recopilar y analizar los datos presentados en el informe. También subrayó la importancia de la nueva alianza del G20 contra el hambre y la pobreza y debatió sobre la trayectoria actual hacia la consecución de la seguridad alimentaria para todos, hoy y mañana.
Programas de protección social en América del Sur
FAO Newsroom: ¿Qué factores contribuyen a que África sea la región más gravemente afectada por el hambre?
Es crucial examinar los detalles de lo que está ocurriendo. Comparando África con América del Sur, una diferencia clave que observamos es que América del Sur invierte una cantidad significativa de sus recursos en programas de protección social. Estos programas bien desarrollados permiten intervenciones específicas que alivian el hambre de forma eficaz y rápida gracias a su eficiencia.
En el caso de África, no hemos observado la capacidad necesaria para ofrecer programas de protección social eficaces y específicos. Además, es una región desproporcionadamente afectada por los conflictos, el cambio climático y las desaceleraciones económicas. Actualmente tiene el mayor número de países que se enfrentan a una crisis alimentaria debido a estos tres factores clave, siendo los conflictos el factor principal.
Además, es una región que se enfrenta actualmente a importantes retos financieros, especialmente en términos de acceso a la financiación. Muchos países de la región sufren problemas de endeudamiento, lo que limita sus recursos y obstaculiza la aplicación de las políticas necesarias para acelerar los esfuerzos de reducción del hambre.
FAO Newsroom: En el caso de América Latina, ¿es la inversión en programas de protección social una lección que el resto del mundo debería aprender?
Absolutamente, es una de las lecciones que debemos aprender de América Latina, en particular de América del Sur. Brasil, Colombia, Perú y Chile cuentan con sólidos sistemas de protección social. Estos sistemas les permiten reaccionar con rapidez a los cambios y orientar eficazmente los recursos financieros de que disponen, algo especialmente crucial dadas las actuales restricciones financieras a las que se enfrenta todo el mundo.
Al ser eficaces en su enfoque, estos países pueden dirigirse a las poblaciones más vulnerables. Además, la región se ha recuperado rápidamente de la pandemia de COVID-19 en comparación con otras partes del mundo. Esta mejoría es un factor significativo detrás de los cambios positivos que vemos allí. Estamos hablando de más de cinco millones de personas que han salido del hambre en los últimos tres años.
Se trata de una mejora sustancial, que devuelve a la región a los niveles anteriores a la crisis, que es precisamente a lo que aspiramos.