El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar ha puesto la primera piedra del Parque Industrial de Chiapas. Lo hizo en el municipio de Berriozábal, un punto estrategico que conecta y une al menos tres zonas estratégicas para el desarrollo de la entidad.
Ahí, Eduardo Ramírez ratificó su compromiso con la recuperación de la paz y la seguridad para Chiapas. Lo hace además en un momento crucial para la vida de los chiapanecos, justo cuando las Fuerzas de Reacción Inmediata Pakal y la Fiscalía General del Estado, han ingresado a los municipios de la sierra, los más azotados por la violencia. Desde Chamic hasta La Concordia, el rugido de la ley se ha impuesto sobre el silencio cómplice que había predominando durante los últimos seis años.
Berriozábal es un punto estratégico porque no solo conecta al aeropuerto internacional Ángel Albino Corzo con el Golfo de México y el centro del país; también conecta a la zona del Soconusco que cuenta con alto potencial de desarrollo que a su vez, atrae inversiones provenientes de centroamerica, algo que desde una visión estratégica debe ser más valorada, tal como ha ocurrido con los estímulos fiscales publicados en el Diario Oficial de la Federación el pasado 24 de diciembre. A esto se debe agregar la atracción de flujos provenientes del Istmo de Oaxaca y por supuesto las respuestas a las necesidades del turismo que arriba a las regiones Altos, Comitán y Palenque.
Además, representaría una solución adecuada al fenómeno migratorio que ha impuesto nuevos desafíos para la entidad, al ofertar empleos al menos temporales para las personas en condiciones de desplazamiento que han sido instaladas en el albergue de este mismo municipio de Berriozábal.
No exagero si digo que Eduardo Ramírez Aguilar ha demostrado en poco más de veinte días, ser un candidato real para la historia como el mejor gobernador de los últimos años que ha tenido Chiapas.
Esto es la verdadera Nueva ERA. Este es el presente. El Chiapas que todos queremos.