La supuesta inclinación por la santería o religión yoruba del nuevo titular de la Secretaría de Educación, Roger Mandujano Ayala, causó en algunos partidarios del escándalo y la intolerancia reacciones de un conservadurismo cultural que ventila matices de discriminación por motivos religiosos en contra del nuevo encargado de la política educativa estatal.
Dominados por el tabú y deseosos de llamar la atención con expresiones alarmistas, dieron voz a una serie de comentarios que por lo regular encuentran eco en los sectores más alejados de los principios de la pluralidad y el respeto a las diferencias, pasando por alto los temas que realmente importan para la escuela pública y sus actores.
La situación actual de la educación en Chiapas es un tema preocupante. Según las estadísticas, el 47.9% de la población joven y adulta en la entidad se encuentra en situación de rezago educativo, lo que equivale a 1’826,251 personas. Esto se traduce en un alto índice de analfabetismo que aún no hemos logrado erradicar, especialmente entre adultos mayores, mujeres y grupos indígenas.
En cuanto a la educación primaria y secundaria, los números también son alarmantes. Seis años de errática política educativa encabezada por Rosa Aidé Domínguez Ochoa, dejan como resultado que un 13.1% de la población en rezago educativo siga siendo analfabeta, mientras que un 13.6% no ha terminado la educación primaria y un 21.2% no ha concluido la educación secundaria.
Este martes, al entregar los nombramientos de los nuevos titulares de la Subsecretaría de Educación Federalizada a Alfredo Ramírez Guzmán; de la Subsecretaría de Educación Estatal a Gilberto de los Santos Cruz; y de la Subsecretaría de Planeación Educativa a Eduardo Grajales González; así como a los titulares de las coordinaciones de Administración Estatal y Federalizada; Roger Mandujano Ayala, invitó a los nuevos funcionarios a trabajar con probidad, transparencia y profesionalismo en beneficio del sistema educativo y, específicamente, en el fortalecimiento educativo de las presentes y futuras generaciones.
Los exhortó a enfocar toda su atención en el fortalecimiento de la estructura y en la construcción de mecanismos para la atención a maestros, estudiantes y público en general; así también a promover actividades y un ambiente tanto académico como laboral que incidan el desarrollo de cada una de sus áreas de responsabilidad.
Nada de grilla, nada de avasallamientos y mucho menos de revanchas políticas que tanto daño hicieron a la educación de la niñez y de la juventud chiapaneca. Roger Mandujano Ayala llega esta dependencia con la confianza y la protección de las fuerzas del Jaguar Negro, independientemente de su religión o creencias, lo que definirá su trabajo serán los resultados y no los golpes bajos que seguramente vienen de aquellos que ahora ven desde afuera lo que un día tuvieron a manos llenas y ahora solo los recuerdos quedan. Sucios recuerdos de inoperancia, corrupción y abuso de autoridad.
Por cierto, el nuevo secretario de Educación debe saber que tanto su antecesora Rosa Aidé Domínguez Ochoa, el exsecretario de Educación Estatal Pablo Velázquez y el exjefe del Departamento de Educación Telesecundaria, Lenin Gumeta Nucamendi, enfrentan un proceso penal ante la Fiscalía Anticorrupción derivados de la persecución y abusos de autoridad cometidos en contra de uno de los directivos de este medio de comunicación. Sería bueno que dichos exfuncionarios, se encomendaran al mejor santo de su devoción.